El enorme flujo de efectivo que tiene lugar en nuestra sociedad y la necesidad de sistemas eficientes, modernos y seguros para gestionar el mismo han dado lugar a un progresivo aumento de la demanda de CashGuard como uno de los mejores SGE (Sistema de Gestión de Efectivo).
A día de hoy disfrutan de los beneficios del mismo establecimientos pertenecientes a los más diversos ámbitos de actividad: desde supermercados, estancos y farmacias a locutorios, discotecas y gasolineras, pasando por bares, restaurantes y cadenas de comida rápida, entre muchos otros.
1. Haciendo innacesible el efectivo
Desde el momento de la realización del pago por parte del cliente, el efectivo queda custodiado por el sistema de CashGuard.
El efectivo no se expone al público ni a los empleados.
2. Proporcionándote la herramienta más eficaz para minimizar el riesgo de atracos: la disuasión
Mediante la inaccesibilidad del efectivo, CashGuard priva al potencial atracador de su mejor baza: el factor tiempo, evidenciándole de antemano que éste no va a jugar a su favor.
La capacidad de poner el tiempo de tu parte es lo que hace de CashGuard un sistema de alta seguridad.
3. Eliminando la pérdida desconocida
El efectivo no se se expone al personal del establecimiento porque la avanzada tecnología del sistema lo hace innecesario: con los sistemas antiguos no había más remedio que dedicar recursos humanos a innumerables tareas que implicaban la manipulación del efectivo.
El sistema CashGuard, más lógico y adecuado a nuestros días, realiza esas tareas de forma automatizada y con mucha mayor fiabilidad.
Un sistema de gestión de efectivo eficiente debe proporcionarte las máximas prestaciones y funcionalidades para la seguridad y la gestión del mismo, así como una completa y fluida integración con el resto de áreas de actividad que se dan cita en tu negocio.
Pero si se trata de un sistema realmente adecuado y adaptado a los tiempos de hoy harás bien en preguntarte también qué puede hacer dicho sistema y en qué medida va a contribuir a sostener y aumentar la satisfacción de tus clientes, pues es de ésta de donde en último término derivará siempre toda la rentabilidad que puedas llegar a alcanzar.
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